Federación Argentina de Triatlon

“Una vez estaba compitiendo y me quedé sin zapatillas. Una persona del público me preguntó cuánto calzaba y le contesté que 41. Me dijo que sus zapatillas eran talle 43 pero me las daba. Llegué a la meta, lleno de ampollas y sangre en los pies. Cuando me recuperé lo fui a buscar para agradecerle, pedirle perdón y decirle que le iba a comprar otras. Me dijo que ni loco, que se las quería quedar, que para él ahora valían oro. Todos los años lo veo y me cuenta que las tiene guardadas. Eso es el triatlón”. Se emociona y se queda en silencio. Quien cuenta la anécdota es Adrián De Luca, un histórico de este deporte que moviliza al corazón.

Adrián nació en Quilmes el 16 de febrero de 1965 y en su historial registra casi 200 competencias, 22 de ellas de forma ininterrumpida en La Paz, que según él, es la que más disfruta. “Todo triatleta argentino tiene que, por lo menos alguna vez, correr en La Paz, no me imagino no viniendo acá”, aconsejó quien dio sus primeros pasos en el Club Atlético Independiente, donde hacía natación. Esa practica lo llevó a vivir una situación única: “En el 2001, se impuso el tema del drafting y arrancamos todos juntos, los de elite y amateurs. Nadé muy bien y cuando me di cuenta estaba en el pelotón de punta, no lo podía creer, estaba con los Fórmula 1”.

Cuenta que no siempre es fácil la carrera del triatleta y Adrián reconoce que por momentos se preguntó para qué iba a competir pero él mismo da la respuesta: “El triatlón es una filosofía de vida. Los objetivos son distintos, antes peleaba por la punta, por estar arriba y eso llevaba a un sufrimiento. Hoy, más relajado, vengo a disfrutar. Muchos te dicen que no vienen más pero al año siguiente estamos todos de vuelta. No podés dejar esto”.

Se ríe por las historias con sus amigos que le aconsejan que vaya a un psicólogo urgente cuando les narra cómo son las competencias pero que después ellos le preguntan si lo pueden acompañar a la próxima. Desde adentro o desde afuera, el mundo triatlón no deja de atraer.

“Siempre fui deportista. A veces me piden que de entrenamientos pero no sé, yo soy triatleta, no me puedo ver en otro lugar. Hasta arrastrándome pero voy a estar compitiendo en un triatlón”, cierra De Luca. Se levanta y va a buscar su kit. Se viene un nuevo desafío, una nueva historia. Como dijo él, “eso es el triatlón”.